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domingo, 23 de mayo de 2004

Los extremos mediados de una relación

Un hombre A camina por la playa. Sobre la arena B van quedando las huellas de sus pies. Los extremos de la relación son: el hombre A y la arena B. Y el resultado de esa relación son las huellas. (Las imágenes sensibles deben ser concebidas igualmente como resultado de la relación entre el objeto percibido y el sujeto perceptor, y no sólo como obra del sujeto perceptor).   El hombre A y la arena B son fuera de esa relación un hombre en general y  arena en general. Pero en esa relación cada uno es por medio del otro: el hombre A es el objeto expresado, el objeto que expresa sus referencias, mientras que la arena es el medio de expresión, el objeto sobre el cual el primero expresa sus referencias. En esa relación el hombre A desempeña el papel de objeto expresado, mientras que la arena B desempeña del papel de medio de expresión. Pero el hombre A sólo es objeto expresado por medio de la arena, que hace de medio de expresión; y la arena sólo es medio de expresión por medio del hombre A, que hace de objeto expresado.


En esta relación, como hemos dicha ya,  el hombre A  es el objeto expresado y la arena B es el medio de expresión. Pero el hombre A no es sólo objeto expresado sino muchas cosas más,  y la arena B no sólo es medio de expresión sino también muchas cosas más. Por lo tanto, bajo una determinada relación sólo podemos captar una modalidad del ser de las cosas y no la totalidad de sus modos del ser. Lo mismo sucede con la actividad del conocer, de la percepción sensible y del concepto: sólo es una determinada relación entre el hombre y el medio ambiente, y por consiguiente sólo podemos captar al hombre y al mundo  bajo unos terminados modos del ser. E igualmente ocurre con el lenguaje: sólo es otra determinada relación del hombre con el mundo, y por consiguiente sólo captamos al hombre y al mundo bajo unos determinados modos del ser. Si las relaciones del hombre con la realidad sólo las concebimos como relaciones lingüísticas y conceptuales, es obvio que una gran parte de los modos del ser del hombre y del mundo queden en un más allá inaccesible. Pero ese carácter inaccesible desaparece cuando concebimos otras relaciones del hombre con la realidad que no sean las conceptuales y las lingüísticas.
18 de abril de 2004.


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