Translate

lunes, 18 de mayo de 2009

Los conceptos, lo común y lo general

Los conceptos son definiciones de objetos o entes. En todo concepto debemos distinguir al menos dos partes: el objeto del concepto y el contenido del concepto. Lo que permanece relativamente constante en los conceptos es el nombre del objeto del concepto. No obstante, el objeto del concepto, a lo largo de su vida, puede experimentar ciertos desarrollos y cambios. Pero no es  con el nombre del objeto del concepto con el cual reflejamos los cambios, sino con los sintagmas con los que expresamos en el contenido del concepto. No sólo es que el objeto del concepto pueda experimentar cambios, sino que el sujeto cognoscente puede descubrir nuevos aspectos en el concepto. Así que tanto por el lado del objeto como por el lado del sujeto cognoscente el concepto está sujeto a evolución, desarrollo y cambio.


En un foro de economía en el que participo desde el año 2008,  llamé la atención a sus copartícipes sobre la necesidad de distinguir lo común de lo general. Ellos hablaban de esos dos conceptos como si fueran lo mismo.   Las mercancías se distinguen unas de otra en el sentido de que son valores de uso distintos, tienen distintas propiedades y distintas utilidades, y son iguales en el sentido de que comparten una propiedad en común: cristalizaciones de gasto de fuerza de trabajo humana. Así que lo común es aquel aspecto que permite hacer iguales a cosas diferentes. ¿Qué es, entonces, lo general? Lo común necesita ser expresado, necesita hacerse objetivo, necesita sustantivarse. Y así ocurre en el mundo de las mercancías: el dinero es la objetivación y exteriorización de ellas. De hecho Marx llama al dinero la mercancía general. Más adelante precisaré más detalladamente esta distinción, puesto que no es ahora el asunto central que me ocupa.

Sigamos.  Supongamos que cae en nuestras manos el texto de Marx titulado “Grundrisse”.  Y al leerlo comprobamos que en ocasiones Marx utiliza el concepto de lo general como sinónimo de común o de universal. Algunos pondrán el grito en el cielo y afirmarán que Marx no se aclara, que no es riguroso, o que lo que hoy dice de un modo mañana lo dice de otro modo. Yo respondo que quien llega a esa conclusión es un pésimo pensador, que peca de rigidez, que le falta flexibilidad. Ser rígido no es lo mismo que ser riguroso. Los conceptos deben adaptarse a los objetos y a sus cambios. No siempre se apunta al mismo lado del objeto y no siempre, por tanto, hay que destacar el mismo contenido del concepto.

Pongamos un ejemplo. Todos sabemos qué es un bate de béisbol. También sabemos qué es un palo de golf. Sabemos para que se usan. Sabemos en que contexto y bajo que condiciones se usan. Sabemos a que universo pertenecen cada uno. No obstante, eso no quita que bajo otras condiciones –un grupo de delincuentes se nos aproximan con el propósito de robarnos y hacernos daño- tanto el bate de béisbol como el palo de golf puedan ser usada como arma de defensa y ataque. De hecho hay muchos taxistas que tienen en la guantera del coche un bate de béisbol dispuesto a ser usado como arma de defensa. Nadie que vea a un taxista hacer uso de un bate de béisbol para defenderse de unos maleantes, le dirá que no se entera, que está haciendo uso de un valor de uso con un fin para el que no fue hecho. Igual sucede con los conceptos, pueden ser usados para fines distintos para los que originariamente fueron definidos.

Demos un paso más. Si  observamos el bate de béisbol, nos daremos cuenta que tiene cierta similitud con un arma que utilizan los policías: la porra. Luego, si atendemos a la configuración y a ciertas propiedades del bate de béisbol, llegamos a la conclusión que además de pertenecer al universo del béisbol, puede pertenecer al universo de las armas callejeras de defensa y ataque. Lo mismo sucede con el concepto de lo general y de lo común. Marx define lo general como aquello que es simple y común. Luego el concepto de lo general contiene el concepto de lo común. Así que, bajo ciertas condiciones, el concepto de lo general puede ser usado en el lugar del concepto de lo común.



 Mayo 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario