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lunes, 15 de junio de 2009

El valor de uso como objeto exterior

La exterioridad es una determinación de la naturaleza.
Como la interioridad es una determinación del pensamiento. No obstante, el lenguaje es la exteriorización del pensamiento. Imagina que has visto un paisaje que te ha encantado y lo interiorizas. Después llegas a tu casa y lo pintas sobre lienzo: lo exteriorizas. Ha habido un tránsito de lo exterior a lo interior y después de lo interior a lo exterior. Pero mientras la primera exterioridad es un ser independiente de ti, la segunda es una exteriorización tuya, de tu espíritu artístico.

El mejor lugar para profundizar sobre la categoría “exterioridad” se encuentra, a mi juicio, en el trabajo de Marx titulado “Crítica de la dialéctica y la filosofía hegeliana en general”. Hay en este texto partes muy difíciles de entender, otras son más fáciles. Casi al final de ese texto puede leerse: “Y como el pensamiento abstracto es la esencia, lo exterior a él sólo es, en cuanto a sus esencia, algo externo. El pensador abstracto reconoce, al mismo tiempo, que la sensoriedad es la esencia de la naturaleza, la exterioridad por oposición al pensamiento que opera en sí”. Todas las categorías, o una buena parte de ellas, presuponen su contrario. Así la categoría objeto exterior presupone la categoría objeto interior. Cualquier objeto de tu actividad práctica es un objeto exterior, mientras que cualquier objeto de tu pensamiento, recuerdo o imaginación es un objeto interior.

Te facilito otra cita de este texto, en la página 9 del mismo, en la sección dedicada al saber absoluto: “Es perfectamente natural que un ser vivo, natural, dotado y equipado de fuerzas esenciales objetivas, es decir, materiales, tenga objetos reales de su esencia, como lo es también  el que autoexteriorización  sea el estatuir un  mundo objetivo, mundo real, pero bajo la forma de la exterioridad y, por tanto, no perteneciente a sus esencia y superpoderoso”.

Hay otro texto de Marx, El prólogo a la “Contribución de la economía política”, en la sección titulada “La relación general de la producción con la distribución, el cambio y el consumo” donde el problema del objeto exterior y el objeto interior tiene un tratamiento muy interesante.  Te proporciono una pequeña cita. Lo escrito entre paréntesis es mío. Lo hago con fines aclaratorios: “La producción no sólo es inmediatamente consumo, (cuando se produce se consume medios de producción) ni el consumo inmediatamente producción (cuando consumismo producimos nuestro propio cuerpo); además, la producción no es sino medio para el consumo (se produce para que se consuma), y éste, fin para la producción; es decir, que se proporciona entre sí su objeto; la producción proporciona el objeto externo del consumo; éste, el consumo, proporciona el objeto representado de la producción”. 

Para que comprendas mejor esta última idea, te facilito otra pequeña cita: “En segundo lugar el consumo produce la producción en cuanto que crea la necesidad de una nueva producción, o sea el móvil ideal, interno y activo de la producción, que es su presupuesto”.

La exterioridad siempre ha desempeñado un papel clave en la reflexión filosófica. Y cuando Marx dice “La mercancía es, en primer lugar, un objeto externo”, está afirmando, por una parte, que es un objeto que está fuera de su conciencia, y por otra parte, esta haciendo la afirmación más abstracta y general que se puede hacer sobre la mercancía. En la filosofía encontramos las categorías más abstractas que existen.

26 de abril de 2009.

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