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viernes, 19 de junio de 2009

Lo particular y lo universal

Decía Aristóteles que el ser podía entenderse en muchos sentidos.
Igual ocurre con todas las cosas, palabras y conceptos. Escuchemos a Hegel en el capítulo dedicado a la certeza sensible de su obra “Fenomenología del espíritu”: “Pero, como advertimos, el lenguaje es lo más verdadero; nosotros refutamos inmediatamente en él nuestra suposición, y como lo universal es lo verdadero de la certeza sensible y el lenguaje sólo expresa este algo verdadero, no es en modo alguno posible decir nunca un ser sensible que nosotros suponemos”. Descartando el lado idealista de este juicio, queda claro para mí dos cosas: una, que el lenguaje sólo expresa lo universal, y dos, que el lenguaje no puede decir nunca un ser sensible que nosotros suponemos.


El ser sensible que yo supongo es “esta mesa en la que escribo”. Tú afirmas que “mesa” es universal; y que desde que digo “esta mesa en la que escribo”, la particularizo. Esta particularización es puramente aparente. Todo el mundo puede decir “esta mesa en la escribo”. Por mucho que repita “esta mesa en la que escribo”, mi mesa sólo puedo percibirla yo, el resto de las personas que escuchan o leen estas palabras no pueden percibirla. Aquí la contradicción entre lo particular y lo universal adquiere la forma de la contradicción entre percepción y concepto. Y el concepto supone la negación de lo particular.

Reflexionemos ahora sobre el concepto y sus momentos: lo universal, lo particular y lo individual. De acuerdo con Hegel el juicio es la realización del concepto. Y el juicio tiene la forma el sujeto es el predicado. Y a este respecto Hegel dice lo siguiente: “El sujeto puede ante todo ser considerado, frente al predicado, como lo individual frente a lo universal, o también como lo particular frente a lo universal, o bien el individuo frente a lo particular. Aquí lo particular frente a lo universal no significa lo mismo que cuando hablábamos de la percepción y del concepto.

Hablemos primero de modo práctico para entender y manejar aquellos momentos del concepto. Supongamos un individuo: Rolando Astarita. Consideremos una particularidad suya: economista. Consideremos ahora una universalidad: argentino. Aquí la particularidad no puede ser definida sino en relación con la universalidad. Aquí argentino es presentado como género frente a economista que es presentado como especie. Supongamos al mismo individuo: Rolando Astarita. Consideremos una particularidad suya: argentino. Consideremos una universalidad: economista. Ahora economista es presentado como el género y argentino es presentado como la especie. En el primer caso el universo es argentinos  y dentro de ellos hay una especie que son los economistas. Mientras que en el segundo caso el universo es economistas y dentro de ellos hay una especie que son los argentinos. Aquí lo particular no se entiende en ningún momento como lo que es perceptible o sensible, sino lo que es específico frente a un determinado género.

En tu concepción sobre el concepto y tal y como y trataste la dialéctica del dinero presentas el sujeto como lo universal. Tengo, por ejemplo, la siguiente serie de juicios: el dinero es la forma objetiva del valor, el dinero es medio de cambio, el dinero es medida de valores. Aquí “forma objetiva del valor”, “medio de cambio” y “medida de valares” son las particularidades o determinaciones del concepto dinero. Aquí cada predicado es una determinación aislada, mientras que el sujeto es la totalidad de las determinaciones.

Todo esto tiene mucha más tela que cortar. Pero por hoy basta.


 Lo particular y lo universal (2)


Comportémonos como pensadores libres y que cada cual saque el provecho que pueda.  La objeción planteada por José Tapia afecta a la extensión del concepto. Los nombres propios, París, Londres, José Tapia, pueden ser considerados conceptos cuya extensión se limita a un solo individuo. A este respecto debemos distinguir entre los nombres de clases o conjuntos, por ejemplo, mesa, libro, televisor, y los nombres de individuos: Marx, París etcétera. La contradicción presente aquí es la existente entre individuo y clase y no entre lo particular y lo universal.

En la esfera de la lingüística cabe distinguir entre el significado de una palabra y su referente. Así que cuando digo “esta mesa en la que escribo”, el objeto referido es particular, pero el significado es universal.  Nadie que no esté en mi habitación puede ver la mesa en la que escribo, pero puede representársela. Todos los miembros del foro se representarán su propia mesa. Cada mesa representada será distinta a las demás por el tamaño, el color, la forma, el número de pies, etcétera. Así que los objetos referidos por la expresión “esta mesa en la que escribo” son muchos y variados, pero la expresión es una y la misma. Este papel que representa la expresión lingüística frente al objeto referido, es el mismo papel que representa el dinero frente a las mercancías. Aunque la contradicción en este ámbito no es exactamente la existente entre lo universal y lo particular, sino entre lo general y lo particular. No en vano Marx llama al dinero la mercancía en general.

Escuchemos ahora a Aristóteles en el libro primero de su Metafísica, en la parte dedicada a la distinción entre arte –conocimiento teórico- y experiencia: “En la práctica la experiencia no parece diferir del arte, y se observa que hasta los mismo que sólo tienen experiencia consiguen mejor su objeto que los que poseen la teoría sin la experiencia. Esto consiste en que la experiencia es el conocimiento de las cosas particulares, y el arte, por el contrario, el de lo general. Ahora bien, todos los actos, todos los hechos se dan en lo particular. Porque no es al hombre al que cura el médico, sino accidentalmente, y sí a Calias o Sócrates o a cualquier otro individuo que resulte pertenecer al género humano”. De acuerdo con estas ideas el concepto sólo puede ser el conocimiento de lo universal o de lo general, mientras que la práctica, la actividad sensible, es el conocimiento de lo particular.

Por último, escuchemos a Marx en la página sexta de El Capital: “La mercancía individual figura aquí, en general, como ejemplar medio de su especie”. Y escuchémoslo de nuevo cuando define a la mercancía: “La mercancía es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas de cualquier clase”. Cosa es el género y mercancía es la especie. En esta relación cosa representa lo universal mientras que mercancía representa lo particular. Cuando en el ámbito del concepto se habla de particular, en general se habla de especie. Por otra parte, la mercancía individual, que es el objeto del discurso de El Capital, no es una mercancía singular, una mercancía particular, una mercancía determinada, sino lo que dice Marx: figura como ejemplar medio de su especie. Y el concepto se elabora sobre especies y no sobre singularidades.

Como dije en el anterior mensaje, el tema de lo universal y de lo particular es complejo y tiene muchos lados. Con el mensaje de hoy no pretendo convencer, sino enriquecer el debate.


Lo particular y lo universal (3)


Escuchemos a Hegel en Ciencia de la Lógica a propósito del concepto particular:

(Como Hegel se mueve siempre en la abstracción, pondré entre paréntesis un ejemplo ilustrativo que haga más fácil el entendimiento de lo que dice)

“Lo particular contiene la universalidad, que constituye su sustancia (El hombre, lo particular, contiene al animal, la universalidad); que constituye su sustancia; el genero se halla inmodificado en sus especies (el animal se halla inmodificado en el hombre, en el elefante, en el león, etcétera); las especies no son diferentes de lo universal, sino solamente entre ellas (el león no es diferente del género animal, ni el hombre es diferente del género animal, pero el león si es diferente del hombre. Las especies son diferentes entre sí). Lo particular tiene, frente a los otros particulares,  con los que se relaciona, la misma universalidad (El león, el hombre, el elefante, la hormiga, etcétera, tienen la misma universalidad: el ser animal). Al mismo tiempo la diversidad de aquellos, a causa de su identidad con lo universal, es como tal universal; es la totalidad (la diversidad que representan entre sí el león, el hombre, el elefante y todas las especies animales es lo universal como totalidad. Cuando hablamos de los animales como universal en tanto totalidad, hablamos de las diferencias entre los animales.  El otro concepto de universal que nos queda es lo que hay de común entre las diferentes especies. Así que universal significad dos cosas: lo que hay de común entre las especies y lo que hay de diferente entre las especies, esto último es lo universal como totalidad.

Creo que queda claro que cuando Hegel habla del concepto particular se refiere a las especies.


Lo particular y lo universal (4)


Estimados Rolando, Fred, Alejandro y resto de miembros del foro:


Permítanme decirles que hay una confusión entre los universal y lo general. No son lo mismo. No creo tampoco que sea adecuado decir que lo universal se encarna en lo particular. Lo correcto a mi juicio es afirmar que lo universal reside en lo particular. Pero vayamos al asunto.


Primera:
En la sección de El Capital titulada “Cambio de carácter de la forma del valor”, Marx dice lo siguiente:
“Las mercancías presentan ahora sus valores 1) de una manera simple, porque lo hacen en una sola especie de mercancía; 2) unitariamente, porque lo hacen en la misma mercancía. Su forma de valor es simple y común, es decir, general”.

Es evidente que por general debemos entender lo que es simple y común. 

Segunda:
Y para entender mejor lo que significa lo general, debemos escuchar de nuevo a Marx, en la misma sección, unos párrafos más adelantes:

“En cambio, la forma general del valor surge solamente como obra común del mundo de las mercancías. Una mercancía adquiere solamente expresión general porque la mismo tiempo todas las demás mercancías expresan su valor en el mismo equivalente, y cada tipo nuevo de mercancía tiene que imitarlo”.

De aquí deducimos otra idea fundamental: lo general es obra de lo común.

Tercera:
Demos otro paso más en esta dialéctica y escuchemos de nuevo a Marx:

“La forma relativa general del valor del mundo de las mercancías imprime el carácter de equivalente general a la mercancía equivalente excluida de este mundo, a la tela”.

Aquí observamos también otra idea importante: desde que aparece el equivalente general, todas las mercancías expresan su valor de modo general. Esto es, el surgimiento del equivalente general es al mismo tiempo el surgimiento de la forma relativa general.

Y cuarta:
Escuchemos por última vez a Marx:

“Su forma corpórea –refiriéndose a la tela- actúa de encarnación visible, de crisálida social general de todo el trabajo humano. La tejeduría, el trabajo privado que produce tela, se halla al propio tiempo en forma social general, la de igualdad con los demás trabajos”.

Aquí la idea clave es la siguiente: Cuando Marx habla de encarnación se refiere al trabajo en forma social directa, al trabajo haciendo abstracción de su forma particular, al trabajo en tanto trabajo igual a todo trabajo. Y más precisamente esta determinación aparece formulada por Marx en la sección dedicada a la forma de equivalente, donde dice: “Así, pues, una segunda particularidad de la forma de equivalente estriba en que el trabajo concreto se convierte en la forma fenoménica de su propio opuesto, trabajo humano abstracto.

A modo de conclusión:

Sólo quiero llamar la atención sobre el hecho de que una cosa es la contradicción entre lo universal y lo particular y otra muy distinta es la formación de lo general. Los propios títulos de las secciones de la transformación de la mercancía en dinero nos informan de la clase específica de contradicción con la que nos encontramos aquí: forma simple del valor, forma desarrollada del valor y forma general del valor. Es un proceso que se desarrolla en tres etapas. En el campo de las luchas sociales lo general se constituye de igual forma. Dicha exposición puede verse en “La ideología alemana” de Marx y Engels.

(Insisto en que estos temas tienen una alta complejidad y pueden ser estudiados desde muchas perspectivas distintas)

Lo particular y lo universal (5)


En ocasiones forzamos la realidad para que se adapte al concepto. Y en tal caso la realidad ya no es lo que era. Lo correcto a mi juicio sería dejar que la realidad mande y que sea el concepto el que gravite en torno a la realidad.

En tu último mensaje planteas lo siguiente: “Por ello, desde un punto de vista lógico abstracto, puede reducirse M-D-M a la forma final P-G-I (Particular-General-Individual)”. Marx dice que el dinero es la mercancía general, mientras que el resto de las mercancías frente a ella son mercancías particulares. Si tú quieres representarte aquella fórmula de acuerdo a estas determinaciones lógicos filosóficas, debería escribir lo siguiente: MP1-MG-MP2 (Mercancía particular 1 -  Mercancía general – Mercancía particular 2). La diferencia con respecto a tu representación estriba en dos cuestiones: una, en que debe emplearse un mismo sustantivo o sujeto, mercancía, y no hablar de lo particular, lo universal y lo individual como sustantivos en sí mismo, y dos, en que la segunda mercancía figura también como mercancía particular y no como mercancía individual.  De todos modos, creo que esta representación filosófica no ayuda a mejorar nuestra comprensión de la circulación simple de mercancías.

Mao Zedong solía decir que había que integrar la verdad universal del marxismo en la realidad concreta de China. El Capital de Karl Marx es una representación universal del capitalismo, no de un capitalismo en particular, del capitalismo inglés o del capitalismo alemán. Cosa diferente es que para ilustrar los conceptos, Marx hable de un capitalismo en particular, del capitalismo inglés de una época determinada. Lo que trataba de señalar Mao Zedong es que los comunistas chinos debían conocer la realidad particular de China, saber, por ejemplo, que era un país semifeudal, semicolonial y semicapitalista. Debían saber igualmente que la mayoría de la población era la clase campesina y no la clase obrera. Todo eso era fundamental conocerlo para diseñar la estrategia y la táctica de la revolución democrática adaptada a las particularidades de China y no extrapolar mecánicamente el modelo de revolución bolchevique. Esta advertencia de Mao Zedong es equivalente a la que planteaba Aristóteles en su Metafísica: “Luego si alguno posee la teoría sin la experiencia, y conociendo lo general (lo universal)  ignora lo particular  en el contenido, errará muchas veces en el tratamiento de la enfermedad”. La contradicción entre la práctica y la teoría es la contradicción entre lo universal y lo particular.

Cuando Hegel habla de universal en el marco del concepto y del juicio, lo entiende en dos sentidos: como universal abstracto, esto es, como parte o momento de un objeto, y como universal concreto o totalidad. Por ejemplo, tú tienes ojos. Los ojos son, pues, un universal abstracto. ¿Por qué es abstracto? Porque sólo es una parte de todo tu cuerpo. ¿Y por que es universal? Porque todos los seres humanos lo tienen. Aquí universal se entiende en el sentido de una nota en común que comparte una especie. Pero tú eres también un universal concreto, una totalidad de partes o de particularidades.

Creo de todos modos, estimado Fred, y esto lo observo mucho en este foro, que hay una tendencia a abordar lo complejo antes de dominar lo simple. O hay poco aprecio por lo simple

Lo particular y lo universal (6)


Bertrand Russell tiene un libro titulado “Los problemas de la filosofía”. Y el capítulo 83 de ese libro se titula “El mundo de los universales”. El estudio sobre la naturaleza de los universales y su conocimiento son dos problemas filosóficos fundamentales donde todas las corrientes de pensamiento han aportado lo suyo. No  he tratado de exponer sólo la concepción de Hegel al respecto, sino la naturaleza del problema de los universales. Y mis sucesivos mensajes han querido mostrar lo complejo de esta temática y enriquecerlo con mayores detalles. Para mi es evidente que lo particular es inasequible al lenguaje y que Hegel afirma que el lenguaje sólo puede expresar lo universal. Para mi también es evidente que cuando en la esfera del concepto Hegel habla de lo particular, se refiere a la especie frente al género, de ningún modo se refiere a lo particular en tanto el objeto que viene dado al conocimiento sensible.

Universal en un sentido elemental, y de este conocimiento participa Hegel, es lo que se da en muchos. Algo es universal cuando es común a varios. El agua es universal, está en todas partes, como la mayoría de los elementos de la naturaleza. En el ámbito histórico económico el mercado mundial ha hecho que el hombre lleve una vida histórico- universal. Lo que un  canario, por ejemplo, consume es producido en mil partes del globo. Así que mi vida bajo el punto de vista del consumo es universal.

En lo que se refiere a lo abstracto se puede entender en varios sentidos. Si un objeto en cuanto totalidad es un concreto, cada parte suya es abstracta. Sin duda que el color de una  mesa es una parte más abstracta que los pies de la mesa. Así que cada parte o momento de una cosa puede ser considerado un universal abstracto.

Ahora dejo que hable Hegel:

“Por consiguiente, el juicio puede llamarse la primera realización del concepto, puesto que la realidad designa en general la entrada en la existencia como un ser determinado”.
Esto lo dice Hegel en el capítulo dedicado al juicio.

Y en el apartado dedicado al juicio positivo de la sección el juicio de existencia, Hegel dice esto otro:

“Al comienzo el sujeto y el predicado son, como ya se indicó, nombres, cuya determinación real se consigue sólo a través del curso del juicio. Sin embargo, como términos del juicio, que representa el concepto determinado puesto, tienen la determinación de los momentos de éste; pero, a causa de la inmediación, tienen tal determinación aun totalmente simple, esto es, por un lado no enriquecida por la mediación, por el otro, ante todo, y según la oposición abstracta, como individualidad y universalidad abstracta – El predicado, para hablar primeramente de este, es lo universal abstracto…” 

Pensemos en el juicio el hombre es bípedo. El hombre es la individualidad y bípedo es el universal abstracto. Como ves, estimado Rolando, mi explicación de lo que es un universal abstracto concuerda plenamente con lo que dice Hegel.

No sé quienes son los comentaristas eruditos de Hegel a los que te refiere. Nunca he leído un texto de otro autor sobre el pensamiento de Hegel,  excepción hecha de Feuerbach, Marx y Engels. Siempre he leído a Hegel, como a la mayoría de los clásicos, por mi mismo. Y me he hecho con mi propia concepción.


Lo particular y lo universal (7)


El conocimiento, como el lenguaje y como todo, es social. Mi conocimiento también es social. Pero mis maestros no son los tuyos y los tuyos no son los míos. Yo he educado mi pensamiento filosófico con Husserl y no con marxistas.  Y yo, al igual que tú, debo lo que sé a otros. El pensamiento de Marx es muy útil para conocer el pensamiento de Hegel. Y a los autores que mencionas no los conozco, sólo a Sweezy.

Creo que es conveniente distinguir el objeto de conocimiento del conocimiento. Lo que debatimos aquí es el problema de la naturaleza y el conocimiento de los universales. Y Hegel, junto a otros pensadores, aportó su propia concepción.

Tal vez el error inicial en la falta de nuestro entendimiento estribe en que no hayamos definido previamente lo particular y lo universal. Y a la hora de razonar nos movamos con conceptos distintos.

Tú señalas una fase del desarrollo de las ideas de Hegel y la opones a otras fases de desarrollo. Es como si opusieras el niño al adulto y el adulto al viejo. Todas son fases necesarias. Haces uso de la siguiente cita de Hegel: “Según esta consideración subjetiva, el sujeto y el predicado, por ende, son considerados cada uno como fuera del otro, y acabado por sí; el sujeto como un objeto, que existiría aun cuando no tuviera este predicado; el predicado como una determinación universal, que existiría también, aun cuando no compitiera a este sujeto”. Esta es una fase necesaria en el desarrollo de las ideas de Hegel. Las relaciones externas son tan importantes en la exposición del problema como las relaciones externas, igual que las apariencias son tan importantes como las esencias.  Y hablas de que Hegel considera subjetiva esta determinación como si con ello estuviera planteando una objeción, cuando Hegel titula a esta parte de su Ciencia de la Lógica con el siguiente título: “Ciencia de la Lógica Subjetiva o sea la Doctrina del Concepto”.

Insiste en presentar mi idea de “ojos separados del cuerpo” en su calidad de universal abstracto como algo totalmente ajeno al pensamiento de Hegel y como si fuera una idea descabellada. Persigo siempre con mi exposición ser lo más claro y sensible posible. Que lo que se lea pueda verse o representarse. Pero te repito las ideas que ya he expresado en otros mensajes. ¿Son universales los ojos? Sí lo son. ¿Por qué? Porque los ojos están en todos los cuerpos humanos. Luego, algo que se da en muchos, algo que es común a los muchos, es un universal. Luego, los ojos no son ninguna particularidad mía o tuya, es una universalidad. Y esta universalidad no sólo afecta a la especie humana, sino a una gran parte del género animal.

¿Qué debemos entender por abstracto? Si el hombre es una totalidad de partes y como totalidad de partes es un concreto, cada parte suya es un abstracto. Hay personas que entiende por abstracto o lo que no se ve o lo que sólo puede ser separado por medio del pensamiento. Pero eso es un concepto muy limitado de abstracto.

Sale a la calle  y mírala. Vuelve a tu casa e imagínatela. Contabiliza ahora las cosas que tu imaginación ha dejado atrás. Si ha dejado cosas atrás y es inevitable que haya dejado cosas atrás, tu imagen de la calle es una abstracción respecto a tu percepción visual de la misma.  No hace falta ayudarse de Hegel para entender que incluso las imágenes de nuestra memoria son abstracciones. Abstracciones sensibles, sin duda, pero abstracciones.

Por último, una pequeña cita de Hegel de su Filosofía de la Religión: “El pensar es actividad de lo universal, tiene como contenido solo lo universal…”.

Creo, estimado Rolando, que la clave aquí estaría en saber qué entiendes por particular y por universal. Tal vez así favoreceríamos nuestro entendimiento mutuo.


Lo particular y lo universal (8)

Me limito a transcribirles una cita de Hegel  de su obra “El concepto de religión según la lección de 1827” donde se pone claramente de manifiesto la vinculación entre lo universal y el pensar:

“¿Cómo denominamos a este aspecto de nuestra conciencia que simplemente corresponde a lo universal y puede estar determinado en sí en forma abstracta o concreta?, entonces responderemos que eso es el pensar. Porque solamente el pensar es el terreno de este contenido, la actividad de lo universal –lo universal en su actividad y eficacia. Y si lo formulamos como la comprensión del universal, entonces aquello que corresponde a lo universal es siempre el pensar.  El producto del pensar –lo engendrado por el pensar, es siempre un universal y un contenido universal. Asimismo la forma –aquello que en nosotros concibe lo universal, es el pensar”.


26 de junio de 2009.














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