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sábado, 6 de junio de 2009

Trabajo útil o actividad conforme a un fin

Es conveniente en principio no extrapolar los conceptos. Situémonos en la esfera de la economía y en concreto en el concepto de valor de uso. Marx nos habla de una clase de valor de uso en particular: de los trajes. Porque cuando hablamos de valores de uso debemos hacer hincapié sobre la particularidad. Al contrario, cuando hablamos del valor debemos hacer hincapié en la generalidad. Nosotros en vez de hablar de los trajes, hablaremos de otra clase particular de valores de uso: las mesas.


La mesa es un valor de uso que satisface una necesidad particular. Para producirla se requiere un tipo determinado de actividad productiva. Y con la expresión “tipo determinado” se destaca la particularidad de la actividad productiva que hay que realizar para hacer la mesa.

A continuación Marx habla de las determinaciones de la actividad productiva: el fin, el modo de operar, el objeto, los medios y el resultado. Si el fin es hacer una mesa con determinada forma y tamaño, ese fin existe en la conciencia del carpintero en forma de imagen o fuera de la conciencia en forma de dibujo. Los objetos de la actividad productiva son la madera, la cola y los clavos. Los medios serán el martillo y el serrucho. El resultado será una mesa que concordará más o menos con el fin propuesto. Y el modo de operar reúne la totalidad de las operaciones que hay que hacer para medir, cortar,  pegar y clavar.

Marx concluye que en el valor de uso de toda mercancía se encierra una actividad productiva conforme a un fin, esto es, trabajo útil.

Dos advertencias ahora. Primera advertencia: Hay pensadores que extrapolan este concepto y hablan de actividad conforme a un fin para referirse a cualquier tipo de actividad. Dicen, por ejemplo, que el pensar es una clase particular de actividad y de forma forzada le agregan los contenidos conceptuales presentes en el concepto de actividad productiva conforme a un fin según Marx. A mi juicio eso va contra el rigor y conduce a la especulación. Primero habría que estudiar la particularidad del pensamiento para ver después si el concepto elaborado por Marx le alcanza.
Segunda advertencia. Si antes advertía de lo inadecuado de la extrapolación de los conceptos propios de una esfera de saber a otra esfera de saber, ahora advierto del error en el que incurre Luís Ledo, cuando pretende con el concepto de causalidad representarse cualquier clase de fenómenos. Las consecuencias que provoca este método son el vaciado de los conceptos específicos y el empobrecimiento en la representación del mundo.
26 de febrero de 2009.


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