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sábado, 14 de mayo de 2011

La esencia de la señal o el signo indicativo



La esencia de la señal o el signo indicativo

Fuente

Autor: Edmund Husserl

Texto: Investigación primera de las Investigaciones Lógicas



Introducción



Cada autor tiene su propia terminología, que es tanto como decir que cada autor tiene sus propios conceptos. No obstante, no todos los autores son rigurosos en la delimitación de los conceptos, provocando así que sea la intuición y no el pensamiento quien decida el significado  de ciertas expresiones y juicios fundamentales. Edmund Husserl se encuentra entre los pensadores extremadamente rigurosos.




Expresión y signo



Husserl afirma que los términos expresión y signo se toman como sinónimos cuando ocurre que hasta en el lenguaje corriente no siempre significan lo mismo. Todo signo, continúa Husserl es signo de algo, pero no todo signo tiene una significación que esté expresado por el signo. Esta afirmación de Husserl merece cierto análisis y reflexión.

Cuando afirmamos, por ejemplo,  que la nación es el significado de la bandera, aquí significado debe entenderse en el sentido de objeto significado. Observamos aquí de paso lo poco riguroso que somos en ocasiones cuando hacemos uso de las categorías, pues no es lo mismo hablar de significado que de objeto significado. Lo que sí podemos afirmar, y así le damos la razón a Husserl, es que la bandera es el signo de la nación, pero no tiene una significación que sea expresada por ella. Sólo las palabras, que constituyen una clase especial de signos,  tienen una significación que está expresada por ellas mismas.  El modo en que esto se produce, esto es, el modo en que la significación queda plenamente expresada por la palabra, será explicado en otro trabajo. Repetimos de forma conclusiva: una, todo signo es signo de algo, dos,  no todo signo contiene una significación que sea expresada por dicho signo, y tercero, sólo las palabras constituyen la clase especial de signos que contienen una significación que es expresada por ellas.



La señal como signo indicativo



Después de lo dicho Husserl concluye de forma categórica que los signos en el sentido de indicaciones (señales, notas, signos distintivos, etc.) no expresan nada, a no ser que además de la función indicativa cumplan una función significativa. 

Los dos conceptos inherentes a la palabra signo son dos: la indicación y la significación.  Y la relación que se da cuando consideramos la función indicativa Husserl la llama señal. Yo por mi parte mantendría como nombre el de signo indicativo, puesto que el concepto de señal tiene muchos más contenidos de los aquí considerados.

¿Qué es un signo indicativo? Llamaremos signo indicativo cuando  algo sirve de señal de otro algo para un ser pensante. Esta definición es objetiva, señala las determinaciones presentes en el signo indicativo, pero le falta el análisis del papel de la subjetividad. (A mi juicio el error fundamental de las teorizaciones de Peirce estriba en  que su análisis de la subjetividad es muy pobre. De ahí la falta de precisión del concepto de interpretante).

Husserl quiere descubrir el quid común que tienen todos los signos indicativos. Y quiere buscarlos en la función viviente. Y esta es su respuesta: ciertos objetos o situaciones objetivas de cuya existencia alguien tiene conocimiento actual, indican a ese alguien la existencia de ciertos otros objetos o situaciones objetivas. Y en el sentido siguiente: la convicción de que los primeros existen es vivido por ese alguien como motivo (motivo no basado en la intelección)  para la convicción o presunción de que también los segundos existen. Son fundamentales aquí las categorías siguientes: convicción, presunción y motivo. También es importante aquí destacar que el motivo del que se habla aquí no está basado en la intelección. Este pormenor se aclarará más adelante.



Situaciones objetivas indicadoras e indicadas y actos de juicio



En el signo indicativo cabe destacar dos lados: la situación objetiva indicadora y la situación objetiva indicada. Según Husserl tanto la situación objetiva indicadora como la situación objetiva indicada se constituyen para el pensante mediante actos de juicios. Y es la motivación la que constituye la unidad descriptiva entre los dos actos de juicio entretejidos.

Husserl, en su extremado rigor, nos aclara mejor este último que hemos afirmado. La situación objetiva en la que reside la esencia del signo indicativo es la siguiente: unas cosas pueden o deben existir porque otras cosas nos son dadas. Ese “porque”, como expresión de una conexión entre las situaciones objetivas indicadoras e indicadas, es el correlato objetivo de la motivación –yo diría el correlato lingüístico de la motivación-, como forma peculiar descriptiva del entretejimiento de varios actos de juicios en un solo acto de juicio.



Mostrar y demostrar



Husserl nos advierte de los riesgos de la generalidad. Nos dice que la situación fenomenológica está aquí descrita con tanta generalidad que comprende no solo la función de mostrar, realizada por el signo indicativo, sino también la función de demostrar, propia de la deducción y de la fundamentación.

Cuando decimos que entre A y B existe una conexión visible por intelección y necesaria, los contenidos de los juicios en los que se constituyen A y B se hallarán en la relación de premisas y conclusiones. Mientras que cuando decimos que la relación que une  A y B es la del signo indicativo, A no se presenta como premisa y B como conclusión, sino como situación objetiva indicadora y situación objetiva indicada respectivamente. Aquí no hay intelección sino convicción o presunción. Tenemos la convicción de que B existe porque A nos viene dado.






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