Las preguntas que me hago cuando oigo esta clase de discursos son las siguientes:
¿Para quiénes habla Alejandro Nadal? ¿Se puede hablar de política económica sin atender y evaluar el poder político? ¿Se puede hablar de política económica global sin tener en cuenta las tendencias diferentes que se dan en su seno? ¿Se trata siempre de decir que el capitalismo está mal y que le queda poco? ¿Se trata de afirmar que el capitalismo está roto? Qué poco político es este discurso económico.
¿No ve su autor lo que ocurre en la realidad? ¿No ve que el capitalismo sale fortalecido de cada crisis que se produce? ¿No ve que la gente ha girado para la derecha y no para la izquierda después de la crisis? ¿No ve que el problema fundamental en términos de política económica está en la subjetividad de la izquierda? ¿No ve que el problema fundamental está en la infinita debilidad de la izquierda transformadora?
¿No ve el autor que no señala ninguna tendencia en la economía mundial esperanzadora? ¿No ve el autor este error continuo de la izquierda crítica de señalar que el capitalismo está en crisis? ¿Cómo se quiere atraer a la gente con esta clase de discurso?
¿No ve el autor que la contradicción principal en la economía global como en cada una de las economías nacionales es la existente entre propiedad privada y propiedad pública? ¿No ve el autor la necesidad de posicionarse en la izquierda real y no en la izquierda pensada? ¿No ve el autor la necesidad de que su discurso tenga un compromiso partidista?
Creo que le pasa a Nadal, al menos en este caso, que analiza el mundo fuera del mundo y no se siente copartícipe de lo que sucede, quiere mantener su discurso puro. De ahí que hable del capitalismo en términos absolutos. El Estado capitalista lo presenta como uno e indiviso. Así que el futuro es o estalla el capitalismo o se conserva. Y si estalla, ¿qué sucederá? Pues nada: volverá a renacer. ¿Y por qué? Porque, entre otras cosas, los teóricos de la izquierda hablan del mundo como si estuvieran fuera del mundo. Mientras estos teóricos no tengan compromisos partidistas y nacionales, sus pensamientos seguirán girando fuera del mundo y no alcanzarán el corazón y la mente de las mayorías sociales.
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