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sábado, 23 de julio de 2011

Filosofía, ¿dónde estás?

Se habla de la diferencia de valor social entre la política y la filosofía. Sin duda que la política es asunto de todos y un asunto del que no se puede prescindir. La política es poder, esto es, es Estado, pero también es política económica. Decía Lenin que la política es la expresión concentrada de la economía.


Si ahora me preguntan: ¿dónde está la filosofía? Respondo: en todas partes. Luego también está en la política. ¿Y de qué forma? Los últimos acuerdos de la eurozona ponen sobre el tapete contradicciones de tipo filosófico: una, la lucha entre los intereses generales de los europeos  y los intereses particulares de los prestamistas, dos,  la lucha entre los intereses del Estado y los intereses de los especuladores, que también se presenta como una contradicción entre los intereses particulares y los intereses generales, y tres, la lucha entre la unidad de los europeos, representada en el euro, y la multiplicidad de sus Estados miembros. Luego, queda demostrado que los problemas filosóficos están presentes en la política económica: como contradicción entre lo general y lo particular y como contradicción entre la unidad y la multiplicidad y lo común y la diversidad. Circunstancia distinta es la capacidad que tengan los filósofos para percibir la filosofía en la política y para elaborar  discursos útiles para la sociedad. Lo que les falta a los filósofos, también sucede con muchos analistas marxistas, es sentido práctico, esto es,  capacidad para conectar e integrar las ideas universales del saber filosófico con la realidad concreta que constituyen las naciones de la Unión Europea.

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