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sábado, 5 de noviembre de 2011

La lucha entre los signos y los objetos (4)

Hablemos para entendernos y hablemos con transparencia.  Seamos serios y seamos sinceros. Claudio Guerri en todas las ocasiones en que se ha referido a mis trabajos lo ha hecho en tono desagradable y burlón. De esta situación ha tenido plena conciencia Marta López, a quien agradecí mediante correo particular su intervención. Claudio Guerri y yo no nos caemos bien. Si tú justificas su comportamiento, lo siento. Para mí carece de justificación ética. Insistes en expresiones inadecuadas, como cuando dices que “es lógico que frente a afirmaciones que se consideran aberrantes en cualquier materia, se reaccione con enfado emocional”. La clave aquí está en si las posiciones  teóricas ajenas deben considerarse aberraciones. Creo que es un error considerarlas así. Entiendo por ética los principios y valores que deben presidir las relaciones humanas en cualquier ámbito de actividad  y que hacen que estas relaciones sean dignas y admirables. Y creo que aquí, donde la mayoría de sus participantes son profesores de universidad, la ética debería escribirse con mayúscula.


En cuanto a que el marketing media la producción te diré lo siguiente. La producción está mediada por la venta, la venta está mediada por el consumo, y el consumo está mediado por la producción. No hay producción sin consumo y sin consumo no puede haber nueva producción. Pero aunque un aspecto esté mediado por el otro, no implica que no haya que diferenciar con la claridad las tres fases: la producción, la venta y el consumo. Si la producción esté mediada por la venta y si el marketing es un componente de la venta, entonces puede afirmarse que el marketing media la producción. Pero esta mediación no supone la negación de la producción como un proceso práctico de producción y su afirmación como un proceso de producción sígnico.

La publicidad, al menos la que yo oigo y veo, habla de las propiedades y utilidades del producto. No es un proceso sígnico ajenos a esos fines. Y la gente, al menos la que yo conozco, es plenamente racional y compra los automóviles de acuerdo con su calidad y utilidad. Por mucho marketing y procesos sígnicos que envuelvan los objetos, no pueden cambiar que son cosas que por sus propiedades satisfacen necesidades humanas o son útiles en distintos sentidos.

Por lo demás, estimado Antonio Caro, siempre estoy pendiente y expectante a los debates de los demás y nada me encantaría más que ver un foro repleto de debates de todas las índoles. No creo que esto sea un deseo mío en exclusividad. Todos alimentamos y vivimos del foro.

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