Translate

martes, 31 de julio de 2012

Unas palabras sobre Martín Lutero

Me he acercado a los textos de Martín Lutero de la mano de Marx. Cuando he leído las citas de Lutero en los textos de Marx me han impresionado. En el mundo no sólo existen los marxistas y el pensamiento de los marxistas. Es más: el pensamiento marxista no es posible sin la participación de muchos otros pensadores que le han precedido y le han sucedido. Me hice hace algunos años con dos textos de Lutero: Escritos políticos y Sobre el comercio y la usura. Si pudiera, me haría con todos los libros de Lutero. Ojalá algunas editoriales publicaran toda su producción teórica. Es un pensador profundo y radical. Su calidad literaria es de alto nivel. Nunca leo a los demás pensadores con los anteojos prejuiciosos del marxista puro. Nada de eso. Todo lo contrario. Me desprendo de todos los ropajes ideológicos antes de sumergirme de lleno en el pensamiento del autor que estudio. Trato de vivir su espíritu y aprender de su saber y de su sentir. Lutero no es cualquier pensador y debe uno leerlo previamente antes de hacer juicios apresurados y espontáneos. No cuestiono que pueda ser criticado; pero si no se le conoce, hay que medir mucho lo que se dice.
  
Les transcribo unas palabras de Lutero extraídas de su libro Escritos políticos con el propósito de ubicarlo en el ámbito de las  contradicciones donde en realidad desempeñó su papel:
“Se han inventado que el papa, los obispos, los sacerdotes y los habitantes de los conventos se denominan el orden eclesiástico y los príncipes, los señores, los artesanos y los campesinos forman el orden seglar, lo cual es una sutil y brillante fantasía; pero nadie debe apocarse por ello por la siguiente razón: todos los cristianos pertenecen en verdad al mismo orden y no hay entre ellos ninguna diferencia excepto la del cargo, como dice Pablo (1 Corintios 12,12 y s.): todos juntos somos un cuerpo, pero cada miembro tiene su propia función con la que sirve a los otros; esto resulta del hecho de que tenemos un solo bautismo, un solo Evangelio, una sola fe y somos cristianos iguales, pues el Evangelio, el bautismo y la fe es lo único que convierte a los hombres en eclesiásticos y cristianos. El hecho de que el papa o el obispo unjan, hagan la tonsura, ordenen, consagren, vistan de manera diferente al laico, puede convertir a uno en un hipócrita o en un pasmarote, pero no puede hacer nunca un hombre o un eclesiástico. Por ello, todos nosotros somos ordenados sacerdotes por el bautismo,…”
¿De qué contradicción habla Lutero? De la existente entre el orden eclesiástico y el orden seglar. ¿Qué clases y sectores sociales pertenecen al orden eclesiástico? El papa, los obispos, los sacerdotes y los habitantes de los conventos. ¿Qué clases y sectores sociales pertenecen al orden seglar? Los príncipes, los señores, los campesinos y los artesanos. ¿Qué pretende Lutero? Derribar esa muralla. Cómo pretende lograrlo: por medio de la rebelión del orden seglar frente al orden eclesiástico. ¿Y cual es su argumento? La palabra del Evangelio: todos nosotros somos ordenados sacerdotes por medio del bautismo. Hay que tener muy en cuenta de que aquí no se trata de la contradicción entre nobleza y campesinos independientes ni de la contradicción entre señores feudales y siervos. Lutero apuntaba hacia el poder del papa. Ojalá en el mundo de hoy surgiera un Lutero que atacara al poder de Roma con su  fuerza y convicción.  
Sin duda que Lutero se mueve en el ámbito de la religión y quiere desenvolver su crítica en ese mundo. Pero esto también le ocurría a Müntzer. Pero esto es lógico: en la Edad Media la ideología dominante era la religión y no la economía política como sucede en las sociedades capitalistas.  Así que en estos casos haremos bien en distinguir el contenido de la forma religiosa que revisten los fenómenos sociales. Pero esto no debería implicar de ningún modo el desprecio por la forma religiosa. No podemos despreciar ningún estadio de desarrollo de la humanidad porque el socialismo sólo es posible sobre la base de las conquistas humanas obtenidas en esos estadios. Tampoco la concepción de la lucha de clases debe estar impregnada de simplicidades. Si caemos en ese error, en pensar que la lucha de clases lo impregna todo y que todo se reduce a dos clases homogéneas y una frente a otra, tendremos una equívoca representación del mundo.
(Todo esto que digo no quita que en la lucha entre nobleza y campesinos independientes Lutero tomara partido por los primeros. Pero esto es otro asunto al que en su momento le dedicaré unas palabras. Que exista contradicción entre nobleza y campesinado independiente no borra la contradicción entre poder eclesiástico y poder seglar. No se debe perder de vista, por ejemplo, que el poder seglar en EEUU es tan poderoso que es imposible ver un mandatario de ese país que se declare abiertamente ateo. Así que las cosas tienen siempre muchos lados. Pero cuando estamos analizando un lado, debemos concentrarnos en ese lado y no despistarnos con otros lados)

1 comentario:

  1. Una pequeña reflexión algo improvisada. Me pareció especialmente bella la expresión: "Trato de vivir su espíritu y aprender de su saber y de su sentir". Me resulta especialmente dificil desprenderme del ropaje ideológico cuando trato de meterme en el pensamiento del otro. Cuando uno ha vivido y sentido profundamente el pensamiento del otro, el espiritu del otro forma parte del espiritu del uno. Y resulta especialmenete dificil desprenderse del espiritu propio cuando se quiere pensar y sentir al otro, e incluso cuando se quiere pensar y sentir profundamente lo otro.

    Saludos. Jerónimo.

    ResponderEliminar