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viernes, 24 de enero de 2014

Tú y los demás que crees que te vigilan

Lo  importante es que tú seas tu propia medida, que no esperes nunca nada de los demás, que te sientas como un vaso lleno que continuamente derrama sus excesos. Solo así te sentirás libre y no te acecharán los prejuicios y los malos pensamientos sobre los demás. Tú sabes que cada día creces, en lo bueno y en lo malo, y tú debes reconocerlo. Y eso debe ser lo decisivo, no lo que piensen los demás. Acepta las críticas que te ayuden e interesen, y aparta las que te perjudiquen. Y todo esto no te volverá más egoísta y más individualista, todo lo contrario, verás a los demás con más amor y generosidad. Dejarás que los demás sean como son; y lanzarás tus dardos, envenenados o no, con alegría y diversión.


domingo, 19 de enero de 2014

La persona reflexiva

“Las personas reflexivas son cautelosas, no impulsivas; miran a su alrededor; son circunspectas, no se atropellan a tontas y a locas. Sopesan, ponderan,  deliberan. Estos términos implican una cuidadosa comparación  y equilibrio de evidencia y sugerencias, un proceso de evaluación de lo que tiene lugar en ellas a fin de decidir su fuerza y su peso en relación con el problema dado. Además, la persona reflexiva escudriña la materia; inspecciona, indaga, examina”. John Dewey. Cómo pensamos. Pág. 90. Paidós 2010.

viernes, 10 de enero de 2014

Lo universal, lo general, la necesidad y la representación


Escuchemos a Luís Lenes, del foro Filosofía y Pensamiento, en referencia a mi trabajo Los nombres, lo particular, lo general y la existencia: “¿No sería acaso conveniente que en este punto la mesa, dada como ejemplo, acordemos como el universal de mesa? Existen mesas (particulares) cuadradas, redondas, de cuatro patas, de tres patas, altas, pero todas son mesas (universal mesa, el concepto mesa, que agrupa a todas las particulares, la mesa en general)”.

jueves, 2 de enero de 2014

Los nombres, lo particular, lo general y la existencia

Pregunta Yolanda Pérez si los nombres son figuras ideales. Partamos de la idea de que todo es complejo, que todo está sometido a desarrollo y que no debemos dejar cosa alguna como sabida de forma absoluta. A ninguna pregunta se puede contestar de un modo simple y desde un solo lado. Las cosas experimentan transiciones y están salpicadas de matices. La relatividad del ser de las cosas no es más que el reconocimiento de que las cosas están interrelacionadas y experimentan influencias y modificaciones mutuas. Nada es de una determinada manera para siempre: ni el ser ni el pensamiento que lo concibe.