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viernes, 10 de abril de 2015

La visión integral del ser humano (2)

Sergio Aranda, miembro del foro Pensamiento y Filosofía, tras leer mi trabajo La visión integral del ser humano formula el siguiente planteamiento: “¿Tienen realmente los seres humanos distintos modos del ser?, o más bien existen distintos modos de ser interpretados y comprendidos por un observador según su particular área de interés. Todo organismo es una unidad operacional indivisible, ninguno de sus procesos internos puede considerarse realmente independiente de otro, así pues me parece que desde un punto de vista materialista hablar de modos de ser constituye un reduccionismo que eventualmente puede parecer funcional al desarrollo de algún tipo de conocimiento”.
 
El planteamiento de Sergio afecta a tres áreas del conocimiento filosófico: el lógico teórico, el ontológico y el epistemológico. Bajo el punto de vista lógico teórico el problema que plantea Sergio se refiere, en parte, a la contradicción entre unilateralidad y multilateralidad, y en parte, a la contradicción entre unidad y multiplicidad. La primera contradicción la resuelvo en el ámbito de la antropología. El ser humano es unilateral bajo el punto de vista de su función de trabajo, solo produce un determinado servicio o bien, mientras que es multilateral bajo el punto de vista de sus necesidades: para vivir necesita de una gama muy variada de bienes y servicios. Y cada función de trabajo puede entenderse como uno de los modos del ser de los seres humanos. Cuando Sergio afirma que el ser humano es una unidad operacional indivisible, no implica que esa indivisibilidad haga que el ser humano sea un productor multilateral. La indivisibilidad no supera la unilateralidad del ser humano en cuanto lo consideramos bajo su modalidad del ser trabajado o productor.
Sin duda que el ser humano es uno. Pero si solo lo consideráramos como uno, tendríamos una concepción del ser humano sumamente abstracta. El ser humano en tanto organismo es un ser compuesto de muchas partes y funciones. En el ser humano no solo hay unidad sino también multiplicidad. Sin duda que cada parte o función del organismo humano no existe de modo independiente del resto de las partes y funciones, y ahí estoy de acuerdo con Sergio. Pero el concepto de múltiples modos del ser no implica la existencia independiente de las distintas partes del organismo. Pongamos un ejemplo concreto. Pensemos en un pintor. Bajo el punto de vista de la subjetividad, sus ojos adquirirán un desarrollo más intelectivo y conceptual que, por ejemplo,  su oído; y bajo el punto de vista de la objetividad, el color será el modo del ser en que el pintor representa el mundo. Y esta unilateralidad en la función del trabajo y en la condición del objeto sobre el que realiza su trabajo, no implica en ningún caso la independencia de los ojos respectos al resto de las partes orgánicas del ser humano como tampoco supone la independencia del color respecto de las partes de las que se compone el objeto. Pero por la misma razón la no independencia de cada parte y función del resto de las partes y funciones del organismo, niega que cada parte y función sea una modalidad distinta del ser humano.
En los Manuscritos de Economía y Filosofía Marx hace la siguiente afirmación: “Un objeto es distinto para el ojo que para el oído y el objeto del ojo es distinto que el del oído. La peculiaridad de cada fuerza esencial  es precisamente su ser peculiar, luego también el modo peculiar de su objetivación, de su ser objetivo real, de su ser vivo”. Y así es: el pintor produce cuadros, objetos para la vista; y el músico produce piezas musicales, objetos para el oído. El objeto lo es de un sentido y el modo en que el objeto es para el ojo es distinto del modo en que es para el oído, para el ojo el objeto es color y para el oído es sonido. Y no solo hay una peculiaridad en cada fuerza esencial humana, una peculiaridad del modo del ser,  sino también en su objetivación: el pintor produce objetos hechos de colores y el músico objetos hechos de sonidos. Así que la unidad operacional que suponemos en el organismo humano, en nuestro caso, en el pintor y en el músico,  no niega la peculiaridad en el modo del ser de cada fuerza esencial humana y en su objetivación. Esta idea de que los entes en general, los humanos y los que no lo son, tienen múltiples modos del ser, queda aún más reforzada cuando leemos a Luria en su obra Sensación y percepción: “Un estudio cuidadoso de la evolución de los órganos de los sentidos muestra convincentemente cómo en el proceso de un largo desarrollo histórico fueron constituyéndose órganos receptivos especiales (los órganos de los sentidos o receptores) que iban especializándose en el reflejo de ciertos tipos y formas de movimiento de la materia objetivamente existentes: los receptores cutáneos reflejando las influencias mecánicas; los auditivos, las vibraciones sonoras; los visuales, determinados diapasones de las oscilaciones electromagnéticas,…”.
Resumamos. Bajo el punto de vista lógico teórico no hay contradicción excluyente entre la unidad  y la multiplicidad. La unidad del organismo supone un ente compuesto de partes y diversas funciones. Bajo el punto de vista ontológico antropológico no existe contradicción excluyente entre el carácter unilateral de la función del trabajo y el carácter multilateral de las necesidades. Y bajo el punto de vista epistemológico, esto es, en tanto consideramos el ser humano en su función de conocimiento, la unidad de su ser no niega la diversidad de los modos del ser de sus fuerzas esenciales y de su objetivación.

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