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domingo, 22 de noviembre de 2015

Mercancía y capital

Jesús, lector de mi blog, según comentario sobre mi constructo teórico titulado Trabajo enajenado: aclaraciones conceptuales, formula las siguientes afirmaciones: una, el trabajo enajenado de los Manuscritos de Marx se asienta en el doble carácter del trabajo determinado por la mercancía; dos, Marx no hace de la propiedad privada de los medios de producción (que no son causa sino consecuencia de que la actividad social tiene forma de mercancía en la sociedad capitalista) su caballo de batalla…; y tres, es, en primera instancia, el modo de producción capitalista, y lo que hay que superar, pues es él quien causa la pérdida del ser genérico, haciendo al hombre extraño a sí mismo y a su esencia humana,…”.

En primer lugar, diré que Marx no dice que “el carácter doble del trabajo está determinado por la mercancía”, según afirma Jesús, sino que habla “del carácter doble  del trabajo representado en la mercancía”. Al final justamente de esta sección de El Capital Marx se expresa en  los siguientes términos: “Por un lado, todo trabajo es gasto de fuerza de trabajo humana en el sentido fisiológico, y en esta calidad de trabajo humano igual o de trabajo abstractamente humano constituye el valor de las mercancías. Por otro lado, todo trabajo es gasto de fuerza de trabajo humano en forma específica y determinado por su fin, y en esta calidad de trabajo útil concreto produce valores de uso”. 
En segundo lugar diré que una cosa es la forma mercantil de la riqueza y otra su forma de capital. De manera que no se puede deducir el trabajo enajenado  del carácter mercantil de la riqueza. En la sección de El Capital titulada Compra y venta de la fuerza de trabajo,  Marx se expresa en los siguientes términos: “Si consideramos el dinero, vemos que este presupone cierto nivel del intercambio de mercancías. Las formas particulares del dinero, simple equivalente de mercancías, o medio de circulación, o medio de pago, tesoro y dinero mundial, tesoro y dinero mundial, indican, según el distinto volumen y la primacía relativa de una u otra función, grados muy diversos del proceso social de producción. No obstante, experimentalmente basta una circulación de mercancías poco desarrollada para la creación de todas estas formas. Con el capital es muy diferente. Sus condiciones históricas de existencia no se dan en modo alguno con la circulación de mercancías y  de dinero”. Dicho de forma directa: las condiciones históricas de existencia del capital son diferentes de las condiciones históricas de existencia de la circulación de mercancía. Y pueden darse todas las formas particulares de existencia del dinero –medio de circulación, medio de pago, tesoro y dinero mundial –, como ocurría en la sociedad esclavista y en la sociedad feudal, sin que se dé el modo de producción capitalista. Luego es obvio que de las determinaciones mercantiles, incluida el carácter doble del trabajo representado en la mercancía, no se pueden deducir la producción de la riqueza como capital y una de sus principales manifestaciones: el trabajo enajenado.
Con respecto a la afirmación de Jesús,  “Marx no hace de la propiedad privada su caballo de batalla”, transcribo las siguientes palabras de Marx, emitidas a continuación del último extracto de El Capital que les he facilitado: “El capital surge únicamente donde el propietario de medios de producción y de existencia encuentra en el mercado al trabajador libre como vendedor de su fuerza de trabajo, y esta condición histórica envuelve toda una historia universal”. Es obvio que el juicio “el propietario de medios de producción y existencia no puede significar otra cosa que la propiedad privada sobre los medios de producción de la riqueza y de los medios de subsistencia.  Anteriormente Marx aclara lo que significa la expresión “el trabajador libre”:  “Para la transformación del dinero en capital el poseedor de dinero tiene, pues, que encontrar al trabajo libre en el mercado de mercancías, libre en el doble sentido de que, en cuanto persona libre, disponga de su fuerza de trabajo como mercancía suya, y de que, por otro lado, no tenga otras mercancías que vender, que esté suelto y vacante, libre de todas las condiciones necesarias para la realización de su fuerza de trabajo”. Pregunta: ¿Cuáles son las condiciones necesarias para la realización de su fuerza de trabajo? Respuesta: los medios de producción. Luego para que se pueda dar el capital como relación social es condición imprescindible que el trabajador haya sido enajenado de medios de producción.
Por último, respecto a la afirmación de Jesús de que el modo de producción capitalista es quien causa la pérdida del ser genérico, diré lo siguiente. En primer lugar, no hay pérdida del ser genérico por parte del trabajador, su propia actividad como trabajador es su vida genérica. Una cosa es afirmar que en el trabajo enajenado la vida genérica se presenta como medio de la vida individual y otra muy distinta es que hay pérdida de la vida genérica. Si se le quisiera dar algún sentido a la expresión “pérdida de la vida genérica”, solo la tendría para las personas que mueren de hambre. Pero ahí además de pérdida de vida genérica también habría pérdida de la vida individual. O mejor dicho: al negársele la vida genérica, el trabajador de los países pobres pierde su vida individual. Y en segundo lugar, el concepto de modo de producción no aparece como sección en todo El Capital. La categoría modo de producción es extremadamente genérica y en él se incluyen un sinfín de conceptos. Carece de utilidad operativa y no puede ser presentado, como hace Jesús, para explicar el trabajo enajenado.
(Comunico a Jesús que doy por terminada las aclaraciones conceptuales sobre esta materia)
 
 
 

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